noviembre 25, 2014

¿Del enoturismo al vino o del vino al enoturismo?


Comparto con vosotros un post que escribí recientemente sobre enoturismo para una publicación digital LaConca 5.1, un proyecto participativo, lleno de entusiasmo que pretende cohesionar esfuerzos para dinamizar una pequeña comarca de Tarragona. Me reconozco fan total de la publicación, del territorio de La Conca y de sus vinos. Desde aquí os invito a conocer su variedad reina, la trepat, una especie de pinot noir catalana, llena de tipicidad. Aquí va el escrito.

 ¿Del vino al enoturismo o del enoturismo al vino?
Cuando pregunto qué es el enoturismo, casi siempre obtengo la misma respuesta. "El enoturismo es el turismo del vino". Yo prefiero matizar la definición y mi propuesta siempre es definir el enoturismo como el turismo en torno a la cultura del vino. Creo que así resulta más fácil matizar las percepciones.

La clave fundamental es que visto como turismo cultural, el vino, la cata y la visita a la bodega pasan a compartir valor con el territorio, el viñedo, el paisaje, el suelo, la arquitectura, la fiesta popular o elementos tan poco reconocidos en los productos enoturísticos como la toponimia de los lugares del vino, la estructura de los pueblos de viticultores o sus casas, por citar algunos ejemplos.
Hace ya un tiempo, tuve ocasión de compartir una presentación sobre el enoturismo en Aquitania, el corazón del viñedo francés de Burdeos, y me gustó la forma en que abordaron un tema tan técnico como es la segmentación de los enoturistas. Hablaban los gabachos de quienes ven el vino como parte de un todo y un segundo grupo de enoturistas para los que el vino es un todo en sí mismo. Los primeros, contemplan el vino dentro de un eje transveral y llegan al vino a través de asociaciones, con el paisaje, con la cultura, con el patrimonio, con las experiencias y sensaciones de oler, gustar...  Los segundos apelan estrictamente a los orígenes del vino. Este segundo grupo está integrado por amantes del vino con buenos conocimientos técnicos, y por profesionales del vino, por cierto, grupos con intereses también diferentes.
Los enoturistas que viven la transversalidad del vino suponen en Burdeos el 66% de los visitantes del territorio y de éstos, el grupo mayoritario (39%) al que llaman epicúreos, llegan al enoturismo buscando experiencias lúdicas y sensoriales, y poco más. (Y nosotros emperrados en enseñarles depósitos de acero inox y hablarles de la maloláctica). El segundo grupo lo conforman un 34% de viajeros, de los cuales sólo un 15% buscan un acercamiento técnico al vino. Posiblemente este último grupo, el de los técnicos, es el único que de paso por una bodega sueña con una visita hecha por el enólogo. (Lo que no quiere decir que haya enólogos muy capaces de hacer visitas poniendo en valor lo lúdico y experiencial y relegando lo técnico)
Yo no sé si estas cifras son traspasables a la Conca y a otros territorios de vino en Catalunya pero supongamos que sí. La pregunta que me surge de inmediato es pensar en los productos de enoturismo que un viajero se encuentra de paso por nuestras bodegas y nuestras D.O. ¿Tenemos el producto enoturístico bien segmentado? ¿Cuando diseñamos el producto turistico en nuestras bodegas pensamos en las distintas tipologías de viajeros? ¿Conocemos al enoturista catalán o presuponemos sus expectativas?
Conocer a los enoturistas supone diseñar bien el producto acomodándolo a las expectativas de los distintos viajeros pero también significa una ayuda importante a la hora de comercializar nuestro producto enoturístico y plantear unas líneas de comunicación, bien sea de la bodega o del territorio. Nuestro cliente de vino no tiene por qué coincidir con nuestro cliente de enoturismo, o sí, pero conocerlo nos va a ayudar a optimizar la importante inversión económica y humana, que para muchas bodegas está suponiendo la apuesta por el enoturismo.

 (c) Alicia Estrada, 2014.

 

noviembre 19, 2014

Manifiesto Ducasse & Savoy en favor de la gastronomía, el vino y el enoturismo_2

Siguiendo con nuestro post anterior, Alain Ducasse y Guy Savoy dedican un capítulo completo al enoturismo como medida para reivindicar el nuevo rumbo que debe seguir la gastronomía y el mundo del vino en Francia. Qué lo hagan me tranquiliza porque ya han sido varias las ocasiones en que en entornos de gentes de vino (no de turismo) he sentido el poco cariño que ciertas personas  dedican al enoturismo, viéndolo como una profanación del arca sagrada de la viña y el vino.

El capítulo del enoturismo en el Manfiiesto Ducasse Savoy  lleva el título de PREPARAR EL FUTURO DE NUESTROS TERRITORIOS: EL ENOTURISMO. ¡Suena importante!
El enoturismo dicen, es un potente véctor para atraer visitantes a los territorios de vino. Da vida a los negocios de estas zonas,  a menudo familiares y garantiza un flujo de viajeros al margen de la temporada estival.  Entre las carencias que marcan está la falta de capacidad de alojamiento para grupos grandes.
He vivido muchas veces este problema en territorios de vino cuando he intentado llevar un grupo de viajeros de negocios. No ocurre quizás esto en Ribera del Duero, en Jerez o Rioja pero sí en Priorat, zonas de Aragón, algunas zonas de Galicia, Montilla-Moriles... Hay que pensar que este tipo de viajeros se aloja siempre en individual, así que 20 viajeros precisan 20 habitaciones y comienzan los problemas.  En nuestro sector además es difícil dividir los grupos, no sólo por cuestiones de logística, también por temas de paridad en las calidades.
No he tenido ocasión nunca de trabajar con grupos de tercera edad pero entiendo que nos podría pasar lo mismo pues aunque se alojen en doble, hay que contar con hoteles que tengan cabida para autobuses completos en época baja y esto no es fácil en ciertas zonas.
Antes de pasar al punto siguiente reclaman la necesidad de vincular los productos de enoturismo con otros ejes vivenciales sin apartarse del vino o mejor dicho, enfatizando el vino desde otras posiciones como la salud, (vinoterapia), el deporte, la gastronomía, el patrimonio etc.
Citan en segundo lugar un tema que también en nuestro país merece una reflexión. ¿De dónde ha salido este nombre tan complejo de ENOTURISMO que la mitad de la población confunde con ecoturismo?, gracias eso sí a la constante ayuda del corrector de word. No es un nombre sencillo y proponen cambiarlo por VINOTURISMO (No puedo estar más de acuerdo), turismo del vino o Turismo de viñedo.
Vamos con un tercer tema que afortunadamente a nosotros no nos incumbe pues lo tenemos bien resuelto. Reclaman la necesidad de extender entre los franceses el concepto de CAVE, que tan bien definido está en España con el término BODEGA  o en California con las WINERIES.  De hecho en nuestro país el enoturismo se asocia básicamente a la bodega mientras que en Francia falta esta ligazón básica.
Al hilo de este capítulo yo añadiría algunas carencias que también nosotros tenemos, algunas que me han resultado habituales sin embargo en Francia. Por ejemplo nunca he tenido ocasión de hacer una visita a un pueblo de viticultores y bodegueros en nuestro país, me refiero como producto de enoturismo. No me han enseñado cómo son las casas tradicionales de los viticultores, cómo está hecha la distribución para recoger la uva, tratarla y luego guardar el vino etc.  Tendríamos que hacer, en este sentido, una buena reflexión de qué elementos de patrimonio habría que enfatizar enoturísticamente.
Otro punto que tocan en esta propuesta es la necesidad de mejorar la visibilidad y la comercialización del enoturismo. Piden, exigen más bien,  que las bodegas estén presentes en redes sociales, en buscadores con comentarios como Trip Advisors, que se utilicen masivamente las herramientas tecnológicas para acercar el enoturismo a los visitantes. Si somos parte del turismo, me pregunto yo, por qué motivo no usamos los canales de turismo y actuamos como si las herramientas de comercialización no fueran válidas para nosotros. Este es otro tema y pronto lo abordaremos.
Ciertamente el manifiesto Ducasse - Savoy es un pozo enorme de buenas ideas que creo debiéramos también aprovechar en nuestro país para un debate constructivo que debería desembocar evidentemente en nuestras propias acciones. Yo estoy dispuesta para el debate.
(C) Alicia Estrada, 2014.

noviembre 18, 2014

Manifiesto Ducasse & Savoy en favor de la gastronomía, el vino y el enoturismo_1

Los cocineros franceses Alain Ducasse y Guy Savoy con la colaboración de otros conocidos representantes de la gastronomía francesa han presentado a petición del Consejo de promoción de Turismo de Francia, un manifiesto que han llamado "20 medidas para 2020, para favorecer la  gastronomía y la enología francesa"

Me gustaría dedicarle más de un post en este blog pues da para mucho el tema. Como el tratamiento está hecho desde el punto de vista del turismo, creo que podríamos prestarle atención tanto a la parte de gastronomía como de vino, pues ambas concurren claramente en el enoturismo, nuestro centro de atención.
Como punto de partida reconocen que vivimos un ascenso creciente del interés de los consumidores por todo lo relacionado con la gastronomía y el vino, ascenso que no está siendo parejo a la pasión por la cocina o el vino francés.  La notoriedad de la cocina francesa --siguen diciendo-- es remarcable en todo el mundo. Sin embargo, hablar de esta cocina es hacerlo de la "Gran Cuisine".
Su  gran preocupación  es sin embargo el déficit de calidad y el gran deterioro que presenta la restauración popular de bistrots, braserias y sitios populares en Francia. Siguen diciendo que los menús de estos establecimientos ser varían falsamente elaborando cartas complejas que únicamente traducen recursos y platos de la cocina industrial. Lamentan en estos menús  la ausencia de productos frescos y locales, los platos faltos de sabores y el servicio lento, poco cálido y finalmente caro para lo que se ofrece.
Reconocen la existencia de buenos establecimientos tradicionales pero curiosamente lejos de los senderos turísticos. Habrá que preguntarse, y esto es cosecha propia, si el éxito del turismo encarece los precios y aleja de las rutas de éxito a  los pequeños negocios familiares. ¡Sería triste! Este, siguen diciendo, es el objetivo en el que deben trabajar los restauradores con la ayuda y dinamización de los poderes públicos. Hay que llevar la innovación a este prêt-à-porter culinario que en otros momentos fue tan admirado por los extranjeros en Francia.
Reclaman en este punto, resaltar el carácter convival (no me gusta la traducción de esta palabra, quizás sería mejor hablar de "sencilla amistad"), de autenticidad, de terroir... de este tipo de gastronomía. Un visitante en nuestros restaurantes lo que busca, siguen diciendo, es un momento de intercambio relajante, de vivir una experiencia, en el que el vino resulta  tan esencial como la comida.
A continuación  proponen una serie de pistas para la acción.

Mostrar la calidad de nuestros productos pero también la diversidad, la diversidad es una de los pocos elementos que nos diferenciará de nuestra competencia. ¡Es necesario darla a conocer y desarrollar el discurso de la diversidad! (Podría estar escribiendo tres siglos sobre esta máxima)
En un mundo de escándalos alimentarios es necesario responder con productos  sanos, trazables, sabrosos... Hay que apostar por un mercado de calidad, que a buen seguro es rentable. Para ello nuestros restaurantes deben aligerar sus cartas, menos productos pero de mejor calidad:  Productos frescos, locales y de estación. Esta cocina tendrá un efecto de lanzamiento para la diversidad de nuestros territorios, permitiendo a los pequeños productores vivir de su trabajo y desarrollar nichos de artesanado agroalimentario.
Debemos trabajar con formas de restauración menos intimidantes, más accesibles que faciliten el intercambio entre los visitantes y los locales y restauradores. Este es sin duda el éxito de formatos nuevos y no tan nuevos como los Bed & Breakfast, los ateliers, los restaurantes tipo "Bistronome", los gourmet food trucks, los bares de vinos a copas, los buenos bares de tapas etc.  
Llegado este punto, Ducasse y Savoy se lamentan de la falta de apoyo público al sector en Francia y cita como ejemplo encomiable la creación del Basque Culinary Center en Donosti-San Sebastián apoyado  por millones de euros aportados por la administración. Entre los países con marcado voluntarismo de apoyo al desarrollo de gastronomía y vino cita en primer lugar a España y después Estados Unidos, Escandinavia, Italia, Suiza, Australia o Perú.
Desde luego creo que es para abrir un debate y sacar alguna conclusión aplicable a nuestro país y nuestro sector. Si en enoturismo nos quejamos en ocasiones de los productos poco turísticos de las bodegas, hablar de restaurantes de vinos y bares de vinos, en territorios de vinos, esto sí que daría para todo un master. Se agradecerían opiniones.
Mañana seguiremos con las medidas concretas que propone para pasar a la acción, centrándonos ya en el  enoturismo. Hasta mañana.
(C) Alicia Estrada, 2014.
(c) Alicia Estrada